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“Alegraos con Jerusalén, y gozaos con ella, todos los que la amáis; llenaos con ella de gozo, todos los que os enlutáis por ella […]. Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo.” (Is. 66:10-13)

El 20 de mayo, los miembros del 74.º Grupo de Visita del Extranjero de varias partes del mundo, volaron como palomas a sus nidos, y fueron llevados a los brazos de la Nueva Jerusalén, de acuerdo con la profecía de la Biblia. El grupo de visita estuvo conformado por más de 93 miembros de más de 70 Iglesias de Dios en 17 países, entre ellos Alemania, España, Bulgaria, EE. UU., Brasil, México, Chile y Nueva Zelanda. Dos tercios de ellos visitaban Corea por primera vez. Para encontrarse con Dios Madre en persona, partieron en peregrinación a la tierra prometida donde se restauró la verdad del nuevo pacto. No pudieron ocultar su felicidad durante su estadía en Corea.

La Madre dio una cálida bienvenida a sus hijos que venían de países lejanos, siguiendo el flujo profético, aunque estaban ocupados trabajando en varios campos. Oró para que llenaran a los demás hermanos y hermanas en sus países del poder del amor y del Espíritu Santo y cumplieran su papel de obreros del evangelio para llevar a cabo el movimiento de predicar a siete mil millones de personas. “La gloria del cielo se da a los que están limpios de la inmundicia del pecado y nacen como un nuevo ser, poniendo en práctica el amor de Cristo con un corazón humilde. Como han estado predicando la palabra de Dios a las personas escuchen o dejen de escuchar, los hijos del cielo de todas las naciones ahora están siendo guiados a Sion”, los animó la Madre. Les pidió que trabajen arduamente para salvar almas, estando unidos en mente y propósito con todos los miembros como hijos de Dios Elohim.

El Primer Pastor Kim Joo-cheol pidió a los miembros durante los cultos realizados en el Templo de la Nueva Jerusalén en Pangyo y la Iglesia de Dios de Nakseom, Incheon: “Tenemos muchas encrucijadas en nuestra vida. En cada encrucijada, confiemos en Dios, quien es las sillas del juicio, en lugar de confiar en nuestros propios pensamientos, y sigamos las enseñanzas de la Biblia. Tratémonos siempre con amor y amabilidad en la forma de hablar y el comportamiento, para que todos puedan sentir la fragancia de Dios en la iglesia cuyo propietario es Dios, y compartamos la calidez del consuelo y la bendición de la salvación con nuestros familiares, colegas y vecinos, que están cansados de vivir en el mundo, predicándoles diligentemente la verdad en las situaciones dadas”.

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La Madre cuidó mucho del grupo de visita física y espiritualmente. Con el amor de la Madre, participaron en varios programas: visita al Museo de Historia de la Iglesia de Dios, participación en el Seminario Bíblico Internacional Levántate, Resplandece 2019, así como en la Conferencia Internacional para Lograr el Movimiento de Predicación a Siete Mil Millones de Personas, etc., siendo testigos del rápido cumplimiento de las profecías a través del sacrificio de Dios. Se imaginaban el futuro próspero del evangelio por medio del estado de desarrollo de Corea en el Observatorio Seoul Sky, y en el Museo Nacional del Hangul comprendieron el amor de Dios Elohim, los Creadores, hacia sus hijos, no solo a través de la creatividad y excelencia del alfabeto coreano, sino también mediante el amor del rey Sejong el Grande por su pueblo al inventar el alfabeto coreano. También experimentaron momentos conmovedores durante su visita a la Exhibición Literaria y Fotográfica “Nuestra Madre”.

Cuando los miembros regresaron a sus países después de haber pasado un tiempo fructífero en Corea, expresaron su compromiso con el evangelio y su entendimiento en un tono lleno de inspiraciones.

“La mayoría de las personas que conozco trabajando como abogado, tienen problemas. El deber de un abogado es defender a esas personas de acuerdo con las leyes y principios, y el deber de un miembro de Sion es consolarlos con palabras sinceras. Cuando regrese a Brasil, los defenderé con un corazón de amor y haré todo lo posible por rescatarlos del peligro espiritual” (Vinícius de Medeíros Marçal, de Cuiabá, Brasil).

“Comencé un nuevo empleo después de cuatro años de servicio en la marina. Es por eso que mi visita a Corea esta vez es más especial. Comprendí el amor de Dios basado en mi conocimiento anterior, pero ahora he llegado a entender el amor de Dios con el corazón. Compartiré la gracia y las bendiciones que he recibido de Dios, con las personas que me rodean, aplicando el amor de Dios en todos los aspectos de mi vida” (Kurt Alan Schommer, de San Diego, CA, EE. UU.).